El sarampión se puede prevenir

El sarampión es una enfermedad respiratoria causada por un virus.
Es mucho más contagiosa que otras enfermedades y se transmite a través de pequeñas gotitas provenientes de la nariz, boca y garganta de una persona infectada, aún unos días antes de que aparezcan los primeros signos de erupción en la piel.

Puede traer importantes complicaciones para la salud, especialmente en niños y niñas menores de 5 años, personas inmunocomprometidas y personas embarazadas.
Los síntomas aparecen entre 7 y 21 días después del contagio. En general comienza con fiebre, a la que se le agrega mocos, irritación de los ojos y tos. Unos días más tarde, se observa erupción o manchas en la piel.
Como puede ser parecida a otras enfermedades comunes, es importante estar alerta a la posibilidad de que se trate de un cuadro de sarampión.
  • Permanecer en el domicilio, sin salir, hasta siete días después del inicio de la erupción, evitando asistir a clases, el uso de transporte público y la circulación.
  • Usar barbijo, si tienen que salir por algún motivo.
  • Completar esquemas de vacunación contra el sarampión quienes estén en contacto con alguien con síntomas, incluyendo personas adultas.
  • Consultar con el equipo de salud para recibir información, seguimiento y medidas de cuidado.
    La principal medida de prevención es la vacunación. La vacuna triple viral es obligatoria por Calendario Nacional de Vacunación, libre y gratuita en toda la provincia de Buenos Aires. Deben aplicársela:
  • Niños y niñas de 12 meses
  • Niños y niñas de 5 años
  • Personas nacidas desde 1965 que no tengan 2 dosis aplicadas, excepto embarazadas y personas inmunocomprometidas.
  • Personal de salud
  • Frente al brote actual de sarampión, también corresponde una dosis de refuerzo para niños y niñas de entre 6 meses y 4 años que viven en la región metropolitana de Buenos Aires.
  • Quienes no hayan recibido las dosis en la edad indicada es importante que completen el esquema de vacunación en cualquier momento de la vida.
  • Niños y niñas con fiebre no deben asistir a clases.
  • Ventilar siempre los ambientes, idealmente logrando la ventilación cruzada.
  • Lavarse las manos con frecuencia y limpiar adecuadamente las superficies.