Epidemiologia ambiental de los problemas neonatales
Epidemiologia ambiental de los problemas neonatales.
Si bien, las diversas perspectivas disciplinarias que tratan sobre los problemas neonatales presentan desarrollos amplios y profundos (tal el caso de las patologías neonatales, los enfoques ecológicos y medioambientales de la salud, etc.), no obstante, los estudios que integren estas dimensiones con la perspectiva de la medicina familiar y comunitaria, y con una introducción decidida de los enfoques ontológicos y epistemológicos de la complejidad, en poblaciones pequeñas, son muy escasos cuando no inexistentes.
En cuanto a las patologías neonatales y los problemas familiares conexos se ha demostrado en estudios realizados en otras regiones del país con características similares y localmente, la causalidad de los factores de riesgo condicionantes en relación con lo socioambiental, siguiendo el modelo de la simplicidad.
A partir de ese momento varias iniciativas se han sucedido: en el año 1987 se lanzó en la Argentina, una iniciativa denominada “Por una maternidad sin riesgo”. Poco se conocía sobre la estrecha relación entre la morbi-mortalidad materno-neonatal y las complicaciones del embarazo y del parto. Hoy este tema figura dentro de los prioritarios en la salud materno-infantil y muchas naciones han realizado importantes progresos en el camino hacia la solución de esta problemática,
Según R, Schwarzc,(1998)(1) quien propone para este fin en el 2000, las llamadas Maternidades seguras, asegura que “Además de los conocidos e importantes efectos de los factores ambientales, socioeconómicos y educacionales sobre bajo peso al nacer, unas pocas causas biológicas que se originan en la etapa Perinatal, son responsables de la mayoría de los nacimientos pretérmino o con retardo del crecimiento intrauterino”.
En esta misma dirección, A Larguia (2000)(2)resalta que “La República Argentina, mi patria, nuestro país, enfrenta muchos problemas, pero pocos quizás, tan importantes por la responsabilidad explícita como es la salud materno infantil”. “Aunque en honor a la verdad deberíamos decir la pérdida del derecho a vivir de demasiadas mujeres-madres y demasiadas personas antes y después de nacer, las causas son muchas, como también son las propuestas”.
En cuanto a los estudios medioambientales, es preciso reconocer una gama realmente amplia y rica de estudios que se vienen desarrollando en América Latina. La edición de la obra que compiló R. Leff (1986)(3)en México sigue siendo una obra amplia y señera, en esta joven disciplina. Asimismo, las investigaciones que la Universidad Autónoma Metropolitana desarrolló bajo la dirección de Rolando García (1988ª y 1988b)(4) constituyen valiosos aportes en la incorporación de la perspectiva epistemológica de la complejidad. Más recientemente, Lía Giraldo da Silva Augusto (2001)(5), en Recife – Brasil, reunió todas estas perspectivas, en una compilación titulada Pesquisa(açāo) em saúde ambiental. Contexto – complejidade compromisso social. En cuanto a los enfoques ecológicos aplicados a pequeñas poblaciones humanas, e, incluso, a escala familiar, es obligatorio citar los estudios de Urie Bonfenbrenner (1987)(6), ya que siguen aportando categorías de gran riqueza objetiva y operante, tal como lo testimonian las numerosas referencias que los estudios psicológicos en la materia hacen de ellas.
En cuanto a los enfoques ontológicos y epistemológicos de la complejidad, aplicado a estudios del medio ambiente humano, es preciso citar en primer lugar la obra culminante del recientemente fallecido Milton Santos (1996)(7), porque estos estudios han promovido la formación de una importante escuela científica en torno al espacio humano, en la perspectiva de la dialéctica del espacio aplicada a la Epidemiología. (cfr. Samaja 2003)(8)..
Bajo peso al nacer (BPN)
El bajo peso al nacer (BPN) es un factor conocido de mortalidad infantil y es capaz de repercutir en un recién nacido (RN) alterando su crecimiento y desarrollo. Varios estudios han mostrado la asociación del bajo peso al nacer (BPN) o insuficiencia ponderal neonatal con la mayor frecuencia durante el primer año de vida de diversos trastornos, entre los que destacan el retraso del desarrollo neurológico, la hemorragia cerebral, las alteraciones respiratorias y otras enfermedades que provocan la necesidad de atención prolongada y hospitalización .También hay muchos datos que prueban la asociación del bajo peso al nacer con una mayor mortalidad infantil . Estudios epidemiológicos más recientes muestran una posible asociación entre el BPN y enfermedades del adulto tales como la hipertensión arterial y la diabetes Mellitus no insulinodependiente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado como BPN a todo recién nacido de con peso menor a 2500g. Incluye a los prematuros y los de restricción de crecimiento fetal (RCIU). Este punto de corte para comparación internacional se basa en observaciones epidemiológicas donde los infantes que pesan menos de 2500 g son aproximadamente 20 veces más propensos a morir y han tener mayor morbilidad que los de mayor peso. En los países en desarrollo es más común que este grupo de neonatos contribuya de manera importante en los resultados adversos perinatales.
El riesgo de mortalidad aumenta a medida que disminuye el peso al nacer, así los bebes de muy bajo peso (1500 gramos o menos) se encuentran en mayor riesgo de vida. La proporción de nacimientos de bajo peso no sólo es un importante factor determinante de la tasa de mortalidad neonatal para una población sino también es importante para marcar diferencias entre diversos grupos de la población.
Además de aumentar el riesgo de mortalidad, el bajo peso al nacer también aumenta el riesgo de enfermedad. El riesgo relativo de la morbilidad entre los lactantes de bajo peso al nacer es alto.
Según Bernis (2005)(9), el peso al nacer es un indicador de la bondad de desarrollo pre y postnatal, con importantes implicaciones sobre salud y viabilidad diferencial inmediata y sobre riesgo diferencial de padecer algunas enfermedades específicas en edades avanzadas. La variabilidad entre diferentes poblaciones y dentro de las mismas, en relación al peso al nacer, refleja en gran medida, la plasticidad humana frente a las condiciones ambientales durante el desarrollo intrauterino (capacidad de resiliencia). La plasticidad permite que un mismo genotipo se exprese en diferentes fenotipos en función de las condiciones ambientales en las que se desarrolla. En los últimos años se han acumulado evidencias de la gran influencia del ambiente materno sobre la expresión fenotípica del desarrollo de sus descendientes, tanto al nacer, como a medio y largo plazo, de manera que situaciones intrauterinas estresantes como malnutrición materna o hipoxia, se asocian con retraso en el desarrollo y nacimientos prematuros, se ha sugerido que partos prematuros en circunstancias estresantes, podrían ser beneficiosos para el feto y para la madre.
UNICEF en Progreso para la infancia (2007) (10) ha publicado que el 16% (más de 19 millones) de los lactantes del mundo en desarrollo y el 29% de los de Asia meridional nacen con bajo peso. Del porcentaje de lactantes con peso inferior a 2.500 gramos al nacer, por regiones (1999-2006) a América Latina y la región del Caribe le corresponde el 9%. Estos bebés tienen 20 veces más probabilidades que los que nacen con peso normal de morir en sus primeros años de vida. Los que sobreviven suelen ser más susceptibles a las enfermedades infecciosas y a las alteraciones cognitivas y de crecimiento. Así mismo, tienen más probabilidades de presentar posteriormente enfermedades crónicas.
El Bajo Peso al Nacer como un determinante social
Desde el punto de vista epidemiológico el tema del bajo peso del recién nacido es un trazador para la identificación de desigualdades en el procesosalud/enfermedad/atención ya que es sensible a diferentes condiciones de vida.
Independientemente de las características biológicas de la madre es un indicador socioambiental, reflejando los factores externos que inciden en las posibilidades de satisfacer las necesidades humanas materiales y no materiales.
Al respecto hay estudios que afirman que cuanto más elevada es la proporción de BPN en una comunidad, mayor es la participación de los determinantes sociales y la subordinación de los factores que afectan la salud materna a los condicionantes sociales de la población donde ocurre el nacimiento.
Un abordaje para el análisis debe, por lo tanto, tener en cuenta cierta estratificación de la sociedad, considerando en lo posible condiciones de vida de sus habitantes. Así, la idea será determinar cómo los contextos sociales afectan los resultados y los riesgos de salud individuales. En términos estadísticos esta estratificación concibe un agrupamiento de los individuos, hecho que podría originar esa heterogeneidad no observada antes descripta.
Las desigualdades de la salud se basan en el principio de equidad, que incorpora la dimensión de justicia social. Conforme fue concebido por Whitehead (1992:433): “equidad en salud implica que idealmente todos deben tener una justa oportunidad de alcanzar todo su potencial de salud y nadie debe estar en desventaja para alcanzar este potencial, si esto pudieraser evitado”.
En gran parte de los trabajos contemporáneos de revisión sobre el tema, las desigualdades en salud son consideradas como las diferencias en las condiciones de salud evidenciadas en distintos subgrupos poblacionales. Si bien que los subgrupos poblacionales puedan ser definidos y constituidos a partir de varias dimensiones como la biológica, la social, la económica, o la étnica, generalmente, se procede a los análisis a partir de una dimensión “socioeconómica”, utilizándose, con relativa frecuencia, el término “desigualdades socioeconómicas de la salud”.
En Rio de Janeiro (2007)(11)se realizó una apreciación crítica de la evaluación de desigualdades socioeconómicas en salud, teniéndose en consideración los siguientes aspectos: el principio de redistribución; la influencia de la distribución de renta; el análisis del problema bajo la óptica de los modelos epidemiológicos y estadísticos; la actuación del sistema de salud en la reducción de las desigualdades. Como ejemplo, se analizaron las desigualdades de la mortalidad neonatal en el Municipio en el año 2000, según el grado de educación de la madre. Los índices fueron comparados, examinándose los atributos mínimos necesarios con la definición de las medidas adecuadas a las desigualdades socioeconómicas en salud.
En la vertiente complementaria, se sitúan los estudios de apreciación de las desigualdades geográficas de salud. A pesar de que la división geográfica no pueda ser utilizada como proxy (indicador sustituto) para la división socioeconómica, existe, por norma general, una fuerte asociación entre las condiciones de vida y la ocupación geográfica del espacio (Santos, 1994) influenciando, conjuntamente, la situación de salud. Por otro lado, la introducción de las técnicas de geoprocesamiento y de análisis estadístico espacial ha facilitado la detección de áreas donde existe mayor riesgo de muerte y de enfermedades, permitiendo evidenciar con mayor nitidez las desigualdades espaciales de salud.
El interés por utilizar unidades más homogéneas, responde a juicio de J. Samaja a las exigencias de encontrar tipologías o taxonomías de “unidades genuinas” de las formaciones sociales, con toda su riqueza y dinámica reproductiva. Es también reflejo de la necesidad estratégica de la descentralización y el incremento del significado de lo local, hecho que aparece como una nueva esperanza para la minimización de los daños o deterioros de la salud, mediante el reforzamiento de la atención primaria, el incremento de la participación comunitaria y la búsqueda de la colaboración intersectorial.
Resulta totalmente aceptado que enormes desigualdades e inequidades en salud, se despliegan en el contexto Latinoamericano, no obstante se desconocen en cuanto se enmascara la criticidad de estas realidades, en tanto son constatadas como promediación de la frecuencia de uno u otro evento nosológico en una unidad que contiene poblaciones con condiciones ambientales y de vida radicalmente desiguales. No deja de ser paradójico, además de contradictorio con el marco teórico del proceso salud-enfermedad, que se acepte la profunda división de la sociedad en clases, o la concentración de población en ciudades y regiones metropolitanas y no se cuente con información de salud para estas u otras agregaciones humanas reales de forma sistemática.
En la última década se han desarrollado numerosos estudios basados en la perspectiva que relaciona las variaciones de los niveles de salud en diversas áreas geográficas, basándose en los supuestos antes mencionados. En todos ellos se resalta que si bien los patrones de salud en la comunidad no pueden ser reducidos a patrones de privación o pobreza material, sí, aparece como evidente que las variaciones en salud no pueden ser entendidas si no se tiene en cuenta el papel primordial de las condiciones materiales de vida.
El área geográfica se ha considerado como un determinante de salud probablemente relacionado con el hecho de tener en cuenta los determinantes de la salud como un entramado de causas, entre las cuales son preponderantes las de tipo social. Ello implica que no sólo deben analizarse los determinantes individuales, sino también las características del área de residencia o contextuales.
En este sentido, sostienen Borrell y col (2002)(12), el estudio de las desigualdades socioeconómicas relacionadas con la salud que tenga en cuenta el territorio cobra una gran relevancia por diversos motivos: a) existen factores contextuales del área geográfica que explican la salud, independientemente de los factores individuales como el medio ambiente, el urbanismo, el sector productivo, los espacios de esparcimiento, la provisión de servicios tanto públicos como privados o los aspectos socioculturales; b) la detección de áreas geográficas con peores indicadores socioeconómicos y de salud facilitará la puesta en marcha de intervenciones, y c) a veces es más fácil disponer de datos del área geográfica que de los propios individuos.
En Rosario, Luppi y col (2006)(13), llevaron a cabo una investigación sobre BPN en una maternidad pública, optándose por un modelo lineal generalizado mixto, de modo de incorporar la dimensión poblacional.
Arias y col. (1993)(14)realizaron un estudio ecológico para describir y comparar las desigualdades en salud en las ciudades de Valencia y Barcelona, utilizando el barrio como unidad de observación y análisis. Los resultados refirieron que aunque las tasas de mortalidad de Barcelona ciudad, fueron ligeramente inferiores y las de Valencia ligeramente superiores a las del Estado Español, ambas ciudades muestran importantes desigualdades en cuanto a la experiencia de mortalidad de sus barrios con razones de mortalidad estandarizadas que van de 78 a 182 en Barcelona y de 63 a 147 en Valencia.
En la provincia de Cienfuego, Cuba, Chaviano Quesada y su equipo (1998) (15)realizaron un estudio epidemiológico de tipo ecológico cuyos objetivos fundamentales fueron demostrar la existencia de diferencias en la interpretación del bajo peso al nacer según su distribución en diferentes espacios territoriales, y relacionar su índice con el tipo de población y la actividad económica predominantes del consejo popular. El mismo determinó que existen diferencias en la interpretación del bajo peso al nacer, según su distribución en distintos espacios territoriales y que las diferencias del índice de bajo peso al nacer entre los consejos populares están asociadas con la actividad económica predominante, pero no con el tipo de población.
Una investigación epidemiológica de tipo ecológico fue realizada por Levite J, en el tejido urbano del Municipio de Puerto Madryn (Argentina) (2004)(16)para identificar espacialmente la existencia de diferencias intraurbanas en la distribución territorial del BPN por barrios y relacionar las mismas, en caso de existir, con las características socioeconómicas, educativas, culturales, laborales, de las madres que habitan esos barrios y con las condiciones generales de vida en dichos barrios.
Factores de riesgo individual asociados al BPN
Los factores asociados con el BPN pueden clasificarse en cuatro grandes grupos: médicos, demográficos, ambientales y conductuales. Como se observa en el Cuadro 1 (Publicado por Marcelo Bortman) los factores médicos pueden subdividirse a su vez en los que están presentes antes de la gestación y en los que se manifiestan en su transcurso.
El ambiente materno está muy condicionado por su estado nutricional y estado de salud previa, por sus comportamientos nutricionales, por sus hábitos respecto al consumo de tabaco y otras sustancias durante el embarazo, y por el seguimiento sanitario del mismo. A su vez, el ambiente materno refleja la influencia de tres grandes grupos de factores ecológicos externos que forman parte del ambiente cultural (Bernis, 2003) y que modulan la salud materno- infantil a través de disponibilidad diferencial de energía para el crecimiento fetal.
Los patrones reproductores incluyen el conjunto de comportamientos relacionados con la elección de la pareja (edad, aspecto, profesión, creencias etc.), del tipo de unión que se establece con ella (matrimonio, convivencia sin matrimonio, etc.),de la decisión de reproducirse, del número de descendientes deseados, del espaciamiento entre los mismos y de su cuidado postnatal (Bernis,1999), cuya influencia sobre el peso al nacer está bien documentada, así, los hijos de madres solteras, de madres adolescentes, la primiparidad (especialmente de madres añosas), los nacidos con espaciamientos pequeños con sus anteriores hermanos, presentan en general pesos significativamente menores que los nacidos con situaciones contrarias.
La prevalencia de bajo peso al nacer depende de la población estudiada. Un estudio realizado en mujeres adolescentes en Cuba reportó el 10.3%,(17) mientras que otro, realizado en República Dominicana(18), reportó, en bebes prematuros (≤ 37 semanas de embarazo) del 7.2%. En Neuquén, Argentina, se reportó que 8.43% de los niños tuvieron bajo peso al nacer.
Según Cerón y colaboradores (1997), (19) la incidencia de bajo peso al nacer fue del 11.2% en una muestra de 2623 trabajadoras que atendieron su parto en tres hospitales seleccionados de la Ciudad de México. En otro estudio realizado en vendedoras ambulantes, también de la Ciudad de México, se reportó que en las mujeres que trabajaron durante el embarazo la prevalencia fue del 14%, en comparación con quienes no trabajaban, que tuvieron 13%.
Otras características concomitantes con la mayor incidencia de bajo peso al nacer son: edad extrema de la madre, bajo grado escolar, soltería como estado civil, período intergenésico menor de 24 meses, tabaquismo e inadecuado control prenatal, entre otros. La parasitosis intestinal en el embarazo también se relaciona con menor peso al nacimiento.
El control prenatal como conducta preventiva de las madres para el BPN
El control prenatal es un indicador relevante de las conductas preventivas de las madres y su correcta realización puede ser decisiva en la disminución de las tasa de morbimortalidad Materno Infantil.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los controles prenatales como los encuentros entre la mujer embarazada y el equipo de salud que tienen como objetivo mejorar la salud de la madre y el niño, previniendo o detectando problemas del embarazo y promoviendo actividades saludables. Para que los mismos sean adecuados deben constar al menos 4 controles durante el embarazo, debiendo ser el primero antes de las 20 semanas de edad gestacional (EG).
En los países periféricos en contexto de pobreza que le son característicos la detección tardía del embarazo y los controles insuficientes, permiten inferir que desde el momento de la gestación los niños presentan ya desigualdades que comprometen seriamente su futuro, dando este dato camino a una nueva investigación para el seguimiento de esta población vulnerable.
Los comportamientos preventivos como el control prenatal, según Checa (1996) (20) están vinculados por un conjunto de aspectos relativos al conocimiento y significación otorgada por las mujeres a la salud reproductiva, a la sexualidad y a la maternidad y por otra a la atención que prestan los servicios públicos a la salud de las mujeres.
Sin embargo la estimación de la relación entre peso al nacer y cuidado prenatal es problemática, debido a factores que operan entre el uso de servicios y el comportamiento de la madre en cuanto a los controles.
La valoración del acceso a los servicios de salud busca establecer como el sistema de salud se adapta a las necesidades de la población. La accesibilidad se define como la posibilidad de poder obtener atención determinada dada por la adecuación entre el sistema de prestación de servicio (disponibilidad, organización institucional – funcional de la oferta) y las características de la población (creencias, información y necesidades).
Tanto los beneficios de la atención sanitaria durante el embarazo y el parto, como la influencia negativa sobre el peso al nacer de situaciones socioeconómicas desfavorecidas están bien documentadas, y hace años que la reducción de prematuridad (Hall 2000) y bajo peso al nacer en situaciones de pobreza es uno de los objetivos de profesionales y organismos internacionales (WHO 1980,1995; WHO/UNICEF, 2004).
Según Jewell, Triunfo y Aguirre (2003)(21), en un estudio realizado en la República Oriental del Uruguay sobre el impacto de los cuidados prenatales en relación al peso al nacer” existe un efecto positivo en el incremento del cuidado prenatal sobre el peso al nacer teniendo en cuenta el mes de inicio y la cantidad de controles.
Bortman, M (1995)(22) en su trabajo acerca de los factores de riesgo de bajo peso al nacer realizado en la Provincia de Neuquén, encuentra como uno de los factores más predisponentes al Bajo Peso al Nacer (BPN) la falta de atención prenatal, asociada además con una atención prenatal inadecuada y una primera consulta tardía. Coincidiendo con dichas conclusiones, Peraza Roque y otros (1994- 1996)(23), realizaron similar trabajo en un período de 3 años en el Municipio de Aº Naranjo, Cuba.
En Concepción del Uruguay, trabajos de investigación del Programa Materno Infantil de la Facultad de Ciencias de la Salud UNER indican que el bajo peso al nacer es un indicador que aún hoy no ha podido disminuirse (alrededor de un 10%) a valores aceptables (menor a 7%) y que el no control del embarazo representa una problemática en salud que requiere de investigaciones que puedan servir para implementar políticas dirigidas a tal fin. El control inadecuado, en número (menor a 4 controles) y semana de inicio (mayor a 20 semanas de gestación) se asocio al BPN. Sin embargo esto no ha permitido comprender por sí solo, la problemática del BPN, ya que existe en la ciudad una aceptable cobertura de los servicios públicos de salud. El análisis tradicional de este índice en las provincias se realiza al nivel de municipios, lo que muchas veces no permiten identificar y localizar las zonas donde este indicador constituye un problema.
Los factores de riesgo para el nacimiento de bajo peso desde la epidemiología clásica, toman otros sentidos al ser analizados desde la diferenciación espacio-territorial, haciendo factible identificar la heterogeneidad de los mismos y así contribuir con ello a generar acciones o políticas de acuerdo a los requerimientos barriales.
Bajo Peso al Nacer como determinante social de salud en espacios- poblacionales. El caso de Concepción del Uruguay(24)
1. Prevalencia del Bajo Peso al Nacer en el Hospital público local
Tabla Nº3- Datos de Sud América y México (última actualización enero 2005)

Regional Core Health. Data Initiative, Technical Health Information System
Washington DC 2001.
La prevalencia de BPN en los últimos años en Concepción del Uruguay, de la población de niños nacidos en el hospital público fue de 9,3% en el año 2004 y 9,5% en el 2005. Teniendo en cuenta el 7 % para Argentina y el 8,3 % promedio para la región de Sur América y México del 2005 publicados por Special Program for Health Analysis. Regional Core Health. Data Initiative; Technical Health Information System, en los años del estudio, este indicador se encuentra elevado.
Estas diferencias podrían argumentarse que están referidos a grandes zonas geográficas donde no se ponen de manifiesto las características económicas, sociales, nutricionales, educativas, culturales, laborales y demográficas de las madres en el entorno donde viven.
2. Desigualdades del Bajo Peso al Nacer en los espacios-poblacionales
2.1 Estratificación de las unidades geográficas según cantidad BPN
El total de recién nacidos de bajo peso fue de 125 en el período 2004-2005. En el Cuadro Nº 1 se presentan la estratificación de las unidades geográficas según cantidad de recién nacidos de bajo peso. El 25% de las UG con rango de BPN de 13 –15 (E5) y el 17 % con rangos de 10 – 12 casos (E4) se concentraron en tres áreas en diferentes puntos espaciales de la ciudad con un total de 99 casos de recién nacidos con bajo peso. Las tres zonas no son ribereñas, están conformadas por grupos de barrios llamados periféricos. La distribución territorial del BPN en unidades geográficas determinó la diferencias intraurbanas del indicador. (Mapa N° 1)

Las UG con mayor concentración de casos (E5 y E4) están constituidas por barrios pobres, geográficamente vulnerables, políticamente débiles y con otras desventajas sociales.
Cuadro Nº1 Estratificación de las Unidades geográficas por BPN y grupos de barrios
- Refrencias: Estratos por cantidad de casos de BPN : E1: de 0 a 3; E2: de 4 a 6; E3: de 7 a 9; E4: 10 a 12; E5: 13 a 15 Fuente: PMI 2007
2.2 Unidades geográficas estratificadas por BPN en relación nivel de saneamiento básico.
Las unidades geográficas con mayor cantidad de casos de BPN, cuentan con peor nivel de saneamiento básico. La UG 5, que pertenece al grupo de mayor cantidad de BPN, es una zona geográfica que no cuenta con red de agua potable. Estos hallazgos se obtuvieron teniendo en cuenta el nivel de saneamiento básico de cada unidad geográfica y cruzando con la categoría que le correspondió de BPN (Cuadro Nº 2).
Cuadro Nº 2-Estratificación de las Unidades geográficas por cantidad de BPN y nivel de saneamientobásico
- Referencias: a bueno: con red cloacal y sistema de agua; regular : con red cloacal o sistema de agua; malo: sin red cloacal sin sistema de agua. Fuente: PMI 2007
2. 3 Zonas según estratos de mayor cantidad de BPN (E4 y E5).
Las tres zonas (1, 2 y 3) de mayor cantidad de bajo peso en los puntos cardinales que se describen en el cuadro Nº3, quedaron determinadas por barrios periféricos al centro de la ciudad. En estas zonas se concentraron el 79 % de los nacimientos.
Cuadro Nº 3. Ubicación de las zonas de mayor cantidad de BPN y barrios característicos*
- *Fuente: PMI 2008
Factores de riesgo a nivel individual y contextual
-Factores de riesgo para el BPN a nivel individual.
Asumiendo que las zonas territoriales pueden ser determinadas como un espacio geográfico poblacional con una historia social que puede orientar el conocimiento de la distribución de la salud y la enfermedad,
Las características individuales que se describen en la bibliografía biomédica como factor de riesgo para el BPN a nivel individual, se determinaron en las madres (n = 99) que habitan las zonas 1, 2, y 3, obteniéndose los resultados que se muestran en la Cuadro Nº4.
Respecto a la edad materna, la mayoría de la bibliografía científica consultada señala que las edades precoces (menores de 19 años) como las tardías (mayores de 34 años) representan un factor de riesgo para el bajo peso al nacer. Según los datos presentados, en la zona 2 el 43% de las madres que residen en ella que tuvieron bajo peso al nacer, son adolescentes.
Muchos autores citan como un importante factor de riesgo para el bajo peso al nacer el hecho de madre soltera, pues se alude a que ellas carecen de cuidados y atención en el hogar de su pareja, necesarios para el buen desarrollo del embarazo y sufren afectación psicológica, así como mayor grado de estrés, por el hecho de enfrentar una nueva situación sola. Según los resultados de esta investigación en la zona 2 el 29% de las madres presentan esta característica.
El mayor nivel educativo alcanzado por las madres en las diferentes zonas, fue la primaria completa lo que se puede interpretar como menos de 12 años de educación formal, que se ha definido como un factor de riesgo importante para el cuidado de la salud.
Cuadro Nº4 Factores de riesgo a nivel individual de las madres con BPN según zonas
- Fuente:: PMI 2008
Referencias a soltera b casada c: Unión estable d sin dato e Analfabeta
f Primario incompleta g Primario completo h Secundario incompleto i Secundario completo j:Universitario
Los resultados en las distintas zonas revelan que en la zona 2 el 50 % de las madres llegaron a completar la primaria, en la zona 1 el 36 % y en la zona 3 el 38%. Esto parecería indicar las pocas posibilidades de superación e igualdad existente para estas mujeres.
En la zona 1, el 3 % de las madres son analfabetas, lo que demuestra una vez más la falta de trabajo intersectorial entre sistemas del estado como salud y educación.
En el año 2004, según datos del SIP del Hospital JJ Urquiza, el riesgo relativo del factor “control del embarazo” según número de consultas de 1 a 3, fue 3,36 con un intervalo de confianza de 2.13 a 5.30 y sin control fue de 5,3 con IC de. 2.54 a 11.06.
Los resultados obtenidos de las madres según zonas de residencia se resumen en el cuadro n° 5.
En las tres zonas estudiadas, aproximadamente, un 60% de las madres estuvieron mal controladas durante su embarazo.
La captación tardía del embarazo y los controles insuficientes permiten inferir que desde el momento de la gestación los niños de estos barrios periféricos presentan desigualdades que comprometen seriamente su futuro.
El análisis tradicional del BPN así como de otras patologías pediátricas, a nivel regional muchas veces no permite identificar zonas donde este indicador constituye un problema de salud.
La cuidad quedó dividida en áreas con una problemática de salud compleja sustentada por otras que no solo pueden ser enfocadas desde los servicios de salud.

Fuente: PMI 2008
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23) Peraza Roque Georgina J. ;GIL Rivas Y.; otros. (2000) “Factores de Riesgo en el Bajo Peso al Nacer”. Rev. Cubana Med. Gen. Intregr; 16 (1):68:72. Cuba
24) Los datos fueron obtenidos del estudio epidemiológico de tipo ecológico realizado por el grupo del PMI, Dirgido por Pepe J, cuyos objetivos fundamentales fueron demostrar la existencia de diferencias en la interpretación del BPN según su distribución en diferentes espacios territoriales, y relacionar la estratificación del mismo según nivel de saneamiento básico.
*Dr. Jorge Luis Pepe
Pediatra Neonatólogo, SAP
Jefe Servicio Neonatología Htal J J Urquiza C. del Uruguay E. Ríos.
Profesor Titular Ordinario Cátedras: Puericultura/ Neonatología y EMI de FCS-UNER
Investigador Categoría III, Sistema Universitario Nacional
Director Equipo de Investigación FCS-UNER
Codirector Programa Materno Infantil, PMI de FCS-UNER
Director Maestría en Salud Familiar & Comunitaria, FCS-UNER
Ex Decano FCS-UNER