Si bien está aprobado en países como Estados Unidos, en el África subsahariana, el acceso enfrenta una serie de obstáculos. Cabotegravir se probó con éxito en adultos en siete países del África subsahariana, incluida Uganda, en ensayos que finalizaron en 2020. La Organización Mundial de la Salud lo respaldó y los reguladores de los Estados Unidos lo autorizaron para su uso con receta médica. Pero ningún ugandés puede conseguirlo, eso se debe a que la droga permanece atada al proceso regulatorio del país. En África, la aprobación de medicamentos a menudo toma mucho más tiempo que en los EE. UU. y Europa. El plazo desde la primera presentación de un fármaco hasta la aprobación final en los EE.UU. suele ser inferior a un año. En algunos países del sur de África, el mismo proceso se prolonga hasta dos años y medio para los medicamentos genéricos, aunque sean réplicas de productos establecidos, según un estudio de Frontiers in Medicine, una revista médica internacional.

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