Shenzhen relajó este lunes las medidas de confinamiento por la COVID-19, ya que las infecciones en su último brote mostraron signos de estabilización, mientras que la mayoría de los 21,2 millones residentes de la ciudad de
Chengdu enfrentan restricciones prolongadas. Un brote desde finales de agosto llevó al centro tecnológico de Shenzhen a ordenar a la mayoría de sus 17,7 millones de residentes que permanecieran en casa durante el fin de semana y que se sometieran a dos rondas de pruebas. Se suspendieron los servicios de autobús y metro en los
distritos que realizan pruebas. Pero Shenzhen permanece en alerta máxima por subvariantes de la variante Omicron del nuevo coronavirus.

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