La economía de Japón ha regresado a los números rojos en el primer trimestre de 2021. Después de un crecimiento sostenido en los dos trimestres anteriores, los datos oficiales hechos públicos este martes indican una caída del 1,9% (un 5,1% anualizado) entre enero y marzo con respecto al mismo periodo del año anterior.

El motivo del batacazo: la pandemia de coronavirus, de la que la tercera economía mundial vive una nueva ola que le ha obligado a restablecer el estado de emergencia sanitaria en parte de su territorio y que ha afectado al consumo, principal pilar del PIB nipón.

El consumo, que representa más de la mitad del Producto Interior Bruto japonés, se contrajo un 1,4% en el primer trimestre con respecto al anterior y un 3,3% interanual. El gasto de capital cayó un 1,4%. Con respecto al último trimestre de 2020, la economía nipona perdió un 1,3%, según los datos que ha divulgado la Oficina del Gabinete.

Es una vuelta a la contracción que vivió en la primera mitad del año pasado, en plena primera oleada de la pandemia de coronavirus. Las perspectivas no son halagüeñas, según los analistas. La continuación del estado de emergencia sanitario, declarado actualmente en nueve prefecturas incluidas Tokio y Osaka, afectará previsiblemente también al comportamiento de la economía en el trimestre actual.

La lentitud hasta ahora en la campaña de vacunación, que ha hecho de este país el de menor ritmo de inoculaciones entre los miembros de la OCDE (apenas un 3% de una población de 125 millones de personas), tampoco ayuda a mejorar las perspectivas.

“Dado que la situación médica sigue empeorando y la campaña de vacunación va demasiado lenta, llevará hasta finales de este año para que la producción regrese a los niveles previos al coronavirus”, apunta en una nota Marcel Thieliant, el economista jefe para Japón en la consultora Capital Economics.

En un sentido similar se pronuncia el brazo de análisis del banco ING, que en un comentario indica que “las cifras del primer trimestre muestran las consecuencias negativas de los estados de emergencia vinculados a los casos diarios de covid. Con más prefecturas colocadas bajo estado de emergencia este mes, y un aumento de los llamamientos a declarar el estado de emergencia sanitario nacional dado que se están llenando las camas de los hospitales en todo el país, las perspectivas para el segundo trimestre son de una nueva caída”.

El Gobierno del primer ministro Yoshihi de Suga declaró un segundo estado de emergencia -el primero se decretó en la primavera del año pasado, durante la primera ola de la pandemia- para el periodo entre el 8 de enero y el 21 de marzo. El 25 de abril volvió a imponer la medida en seis prefecturas, ampliadas la semana pasada a tres más, ante el aumento de casos. Aunque en principio las restricciones actuales expiran a finales de este mes, crecen los llamamientos para que las medidas se impongan en todo el territorio nacional, a menos de dos meses del comienzo previsto de los Juegos Olímpicos de Tokio.

Aunque esa medida en Japón no es de cumplimiento obligatorio, sí se recomienda encarecidamente a la población que evite cualquier desplazamiento no imprescindible, recurra al tele trabajo y prescinda del ocio nocturno. En cambio, durante el segundo semestre del año pasado, el Ejecutivo había alentado una campaña de turismo interno mediante subsidios, aunque tuvo que acabar cancelándola debido a un aumento de casos. El lunes, Japón contabilizó 5.187 nuevos casos de covid, para situar su total en 683.175, de los que 11.508 han fallecido. Entre las cifras económicas que ha dado a conocer este martes la Oficina del Gabinete, las exportaciones arrojan el dato positivo. Las ventas al extranjero crecieron un 2,3%, gracias a la fuerte demanda externa de automóviles y componentes electrónicos, incluidos semiconductores. Pero el ritmo de aumento entre enero y marzo fue muy inferior al 11,7% del último trimestre de 2020.

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