El noreste contuvo la marea de coronavirus este verano después de soportar lo peor de la primera ola catastrófica de Estados Unidos en la primavera. Pero ahora estados como Maine, Rhode Island y Connecticut han reportado registros de nuevos casos diarios en la última semana.

El declive del verano observado en el noreste llevó a expectativas tempranas de que sus estrictos cierres le habían dado una ventaja contra el virus, ya que otros estados que reabrieron rápidamente experimentaron un aumento repentino en el verano.

Luego, cuando llegó octubre, se hizo evidente que muchos estados del noreste habían obtenido solo un indulto temporal. Había llegado una segunda ola de infecciones, lo que obligó a los funcionarios estatales y locales a restablecer las restricciones en los negocios, las escuelas y las reuniones masivas.

En Nueva York, el gobernador Andrew M. Cuomo ordenó que los viajeros entrantes de estados no vecinos deben someterse a pruebas de coronavirus antes y después de la entrada, eliminando una política anterior más complicada que exigía períodos de cuarentena de 14 días a su llegada.

Los de Nueva Jersey, Massachusetts, Connecticut, Vermont y Pensilvania estarán exentos, al igual que los trabajadores esenciales. El requisito entró en vigencia a las 12:01 am del miércoles y su cumplimiento se dejará en manos de las juntas de salud locales y los aeropuertos.

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