Era lo que más temían los expertos en salud pública: que el coronavirus volviera a atacar directamente a los mayores, como ya sucediera en la primera ola. Y ha vuelto a ocurrir. La Covid asedia ya a los mayores de 65 años, tras meses en los que los contagios se registraban entre los más jóvenes. Pero, al final, explican, y pese a todos los intentos por mantener un cordón sanitario alrededor de este sector poblacional, el virus ha entrado en los domicilios y residencias de mayores, lo que se ha traducido de inmediato en un incremento de las muertes. Un dato: de todos los contagiados de más de 70 años a finales de agosto murieron el 6,5%; a finales de octubre este porcentaje casi se duplicó, un 12,1%. En apenas diez días se ha pasado de un centenar de fallecidos diarios a unos 200. Ayer se notificaron 18.669 nuevos casos y 238 fallecidos, la mayoría superaban los 70.

En este momento, todas las comunidades autónomas, excepto Canarias, Baleares y la Comunidad Valenciana, se encuentran en una situación de riesgo extremo al superar con creces el índice máximo fijado hace dos semanas por el consejo interterritorial de salud relativo a la incidencia acumulada en 14 días en la población de más de 65 años, establecida en 150 casos por 100.000 habitantes y en 7 días de 75.

Expertos en salud pública explican que la mayoría de los contagios se está registrando en el entorno familiar y social. Pero sobre todo en el primero. Familias que se juntan para comer, para celebrar un cumpleaños o asistir a una comunión, nietos que visitan a sus abuelos… En todos esos encuentros, el fin de las distancias sociales, quitarse las mascarillas, el contacto físico y los besos terminan por imponerse. A medida que ha ido pasado el tiempo, las medidas se han relajado casi sin darnos cuenta, dicen.

“Durante todos estos meses se ha protegido mucho a la población mayor de las residencias, con pocas visitas y mucho test. No tanto en las familias, donde a los propios hijos y nietos, incluidos los abuelos, han relajado la vigilancia”, señala José Martínez-Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. El ex secretario general de Sanidad alertó ya en agosto que el incremento de contagios que se estaba registrando iba a terminar alcanzando a los mayores, con el riesgo que ello suponía para el colapso sanitario: más hospitalización, más ingresos en las ucis y más fallecimientos.

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