Especialistas en educación de dichas regiones aseguran que al programar la reapertura de clases presenciales, es necesario no solo minimizar el riesgo de contagio del virus sino también cuidar la Salud Mental de los estudiantes por el impacto de la pandemia. La actualidad demanda contemplar que el cierre de las escuelas y las repercusiones socioeconómicas del COVID-19 han perjudicado los sistemas de apoyo habituales de los niños y jóvenes, lo cual a su vez generó mayor vulnerabilidad ante las enfermedades y riesgos de protección de la infancia.
Por este motivo, y teniendo en cuenta que el aislamiento dejó expuestas las infancias a una posibilidad mayor de experimentar castigos físicos, violencia sexual, trabajo infantil y reclutamientos, solicitan que las propuestas tengan que ver con un proceso inclusivo y participativo de reapertura de las escuelas ofreciendo una oportunidad para reconstruir y abordar las desigualdades.

+Info