El papa Francisco se sigue resistiendo a ponerse la mascarilla. El Pontífice ha celebrado hoy la audiencia general de los miércoles a cara descubierta en un aula en el interior del Vaticano sin llevar el dispositivo de protección contra el coronavirus, pese a que desde ayer es obligatoria llevarla tanto al aire libre como en los espacios cerrados en la Ciudad del Vaticano. Francisco y varios de sus estrechos colaboradores han aparecido en el Aula Pablo VI saludando a los fieles sin ni siquiera mantener la distancia de seguridad. Tampoco portaban mascarilla el asistente que le ayudaba a usar después el gel desinfectante tras saludar a los fieles, ni el personal de seguridad o los fotógrafos del Vaticano. La resistencia del Papa a llevar la mascarilla ha generado asombro en el Vaticano, pero hoy todavía provoca más desconcierto por celebrarse en un espacio cerrado y el día después de la ordenanza vaticana. Hasta el momento sólo se le ha visto con una mascarilla –blanca– en una ocasión, el pasado 9 de septiembre, en el vehículo que le llevaba al Patio de San Dámaso. Luego, para la audiencia, se la quitó.

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