Autoridades sostienen que el COVID-19 ha dejado en evidencia las debilidades y fortalezas de la sociedad europea, entre ellas, las de los sistemas de salud, como así también el estado de mayor vulnerabilidad en el que quedan las personas mayores y aquellas con necesidades de salud mental. Por este motivo, los dos objetivos a trabajar son la protección contra las emergencias sanitarias y la construcción de comunidades saludables.
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